El arte del Patronaje, el corte y la confección aunque parece de reciente data por toda la onda sustentable y ecológica que se ha gestado de unos años para acá, en realidad es tan antiguo como la humanidad; se remonta al Paleolítico, unos 21mil años A.C.
Es allí cuando las primeras civilizaciones debían protegerse del frío y otras agresiones ambientales, y luego fue transformando su significado y uso en la medida en que las necesidades de dichas civilizaciones fueron cambiando y evolucionando.
Si nos situamos en el presente, podríamos decir que la confección es algo que ya manejaban nuestras bisabuelas y abuelas, y por ende muchas de nuestras madres, como una forma de aliviar el presupuesto familiar y poder acceder a estilos que estaban disponibles sólo en grandes vitrinas a nivel mundial, de una manera tan natural como bordar o cocinar; fue una tradición que pasó de generación en generación y que llevaba consigo orgullo, amor y creatividad.
Entonces, ¿por qué nos parece tan difícil comenzar a coser, una vez que tomamos la decisión de iniciarnos en este mundo de nuestros ancestros?
Creo que hay varios factores que influyen en este temor y hoy te enumero algunos:
1) La modernidad:
No me malinterpreten, me encantan muchos aspectos de la tecnología, pero de cierta forma el tener todo a la mano, la inmediatez, ha hecho que vayamos perdiendo la paciencia para ver crecer algo, sea una planta, o un boceto que luego se convertirá en una hermosa pieza.
2)Lo artesanal ha perdido valor en contraposición con la producción en masa:
Aquí entra el sistema económico en el que vivimos, el crecimiento desmesurado de la población, los nuevos paradigmas que apuntan a una desconexión entre nosotros y consigo mismos, la uniformidad para pertenecer, en fin, parece más sencillo ir a la tienda y comprar algo que te durará 01 mes y que está hecho en condiciones económicas deplorables, que sentarte en tu casa con tu retazo y explotar tu creatividad, retar tus límites y darte cuenta que tienes un poder inmenso de creación en tus manos.
3) La infinidad de ofertas milagrosas para aprender no sólo a confeccionar sino a cualquier cosa que desees aprender:
Seamos claras, ningún conocimiento o habilidad se adquiere sólo con voluntad sin práctica, paciencia y resiliencia. Cualquier método que escojas para comenzar puede ser bueno, siempre y cuando te des la oportunidad para probar, equivocarte, volver a empezar y buscar otras soluciones a lo que estés haciendo.
4) No saber por dónde comenzar:
A veces nos complicamos hasta la saciedad, por querer hacerlo perfecto y correcto desde el principio, y creo que lo más importante de todo esto es simplemente…¡COMENZAR! si tienes una máquina heredada y unos retazos, entonces puedes comenzar practicando haciendo unos cojines para forjar la destreza, si te consideras más tecnológica apóyate con tutoriales en internet o en redes sociales ( tengo varios en mi Instagram @aprendeacortarycoser) y si lo tuyo es la practicidad, entonces compra revistas con patrones listos y comienza a experimentar en tu casa, en fin, hay miles de opciones si tu sueño es comenzar a confeccionar y no te has atrevido a dar ese salto de fe.
El patronaje y la confección no es para todo el mundo, eso es cierto, pero los beneficios son universales y quizás por esto me considero una predicadora jajajaja además es un arte que está al alcance de tod@s sin importar su género, origen, ni posición social, cada quien puede hacerlo desde sus posibilidades y necesidades, ¡más democrático no puede ser!
Así que vamos a seguir reviviendo y transformando esta hermosa profesión que tanto nos dio y nos sigue dando, además de ser una testigo silente y creativa de la historia de nuestra humanidad.